miércoles, 1 de diciembre de 2010

La Biografía


Por fin hace unos días tuve noticias de ella. Fue por casualidad. Ese día una vecina llamó a la oficina de Correos porque había tenido problemas con una carta que llegó en mal estado y amablemente nos comunicó que tuviéramos más cuidado en los días de lluvia. Cuando me dio su dirección para tomar nota de su queja, supe que vivía muy cerca de doña Gloria.
Así se llama la protagonista de la historia que les voy a contar. La usuaria de la queja era su amiga y tenían contacto asiduo desde que, después de dejar de trabajar en La Palma, se marchó a su tierra natal. Ella se encargaría de darle mis saludos y yo le conté esta historia.

Esto sucedió hace ya varios años mientras repartía en otra zona del municipio. Al principio no me extrañaba que recibiera algunas cartas escritas a mano, personales. Pero poco después mi interés y curiosidad fue aumentando a medida que llegaban mas y más cartas, cada vez más numerosas y algunas bastante gruesas. Tanto es así que en un mismo día recibió cinco sobres. Siempre el mismo remitente, siempre la misma letra, el mismo sobre.

Me fascinaba aquello a la vez que me llenaba de alegría el día que tenía que subir a la montaña. Poco a poco se fue convirtiendo en mi pequeño ritual sin que la destinataria supiera nada. No se por qué pero me iba imaginando que era el portador de algo importante, el intermediario entre dos personas que mantenían una comunicación muy intensa. Me sentía el cartero más importante del mundo sin saber nada de nada, como es natural, sobre el contenido de aquellas misivas. Pero mi imaginación volaba e inventaba contenidos nuevos para aquellas cartas que llegaban siempre y que, aparentemente, nunca fueron contestadas.

Yo me moría de ganas de preguntarle a doña Gloria el por qué de estos envíos, pero no me atrevía. Un cartero nunca debe hacer esas cosas porque corresponde a la esfera privada del destinatario. Pero la curiosidad podía más. Un día sin más surgió la conversación y me contó la historia de las cartas y de la biografía. Me pareció maravillosa, y mi fascinación aumentó más, si cabe.

Trozos de vida viajaban cada día en un sobre hasta La Palma. Su madre escribía sus memorias y la hija las transcribía a letra de imprenta. Algún día se convertirían en un libro. Me dijo que si se publicaba me haría llegar un ejemplar. De alguna manera yo me sentía un poco artífice de ese proyecto.
Hubo un periodo de tiempo en que dejaron de llegar cartas. Para mi fue una sensación de vacío y un poco de preocupación. En algún momento llegué a pensar si a la madre le habría pasado algo debido a su edad y no pudo seguir escribiendo, o algún desenlace peor. Lo cierto es que al poco tiempo aparecieron de nuevo más cartas y la alegría de siempre. Todo volvía a la normalidad.

Cada día me pregunto que habrá pasado. No se si finalmente el libro ha salido, pero puede que sea lo menos importante. Escrito está al fin y al cabo, en cientos de cartas, siempre con la misma letra, que pasaron una a una por mis manos.

7 comentarios:

  1. Conociéndote como te conozco, creo que no surgiría sin más la conversación, seguro que tus ojos de niño curioso y algún comentario ayudaron a la confesión.
    Leyéndote dan ganas de escribir cartas, a la emoción de escribir y enviar una carta y a la de recibirla, sumas la del cartero, supuestamente mero trasmisor. Me pregunto si las cartas tienen las emociones a flor de piel, y mueven las de quienes las tienen cerca.
    Un abrazo enorme

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  2. Pues si lo confieso, algo vio en mi mirada que invitaba a contarme la historia. Y si, en mi anterior historia dije que me parece que las cartas tienen vida propia, y puede que hasta alma. Algo de energía del remitente se colará dentro del sobre junto con las letras, energía viajera.
    Un abrazo bárbaro.

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  3. Todas las personas tienen su biografía y hay veces que no nos paramos a pensar cuál puede ser la de la persona que tenemos en frente.
    Está claro que una parte de la tuya es humanizar todo lo que te rodea, amar los repartos y las personas que los reciben, sus historias, porque ellas, también son tus historias.

    Abrazos

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  4. Gracias Su. Si supieras lo que se desata mi imaginación en mi trabajo. Siempre me imagino que historia se esconde tras cada carta. Casi nunca lo se. Esta fue una ocasión única que se da poco.
    Un abrazo

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  5. Ya en tu post anterior te hablé de la naturalidad de tu prosa. Aquí se confirma. Leyéndote me acordé de la película "El cartero de Neruda", basada en "Ardiente paciencia", novela del escritor chileno Antonio Skármeta. Supongo que conoces estas obras. Si no, te animo a que las veas/leas. Quizás te gusten.
    Abrazos fuertes,
    PABLO GONZ

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  6. Grcias Pablo! No sabía que el libro se titulaba asi. Claro es que muchas veces hacen ediciones después de la película y les ponen el mismo título que esta. La peli es maravillosa y cada cierto tiempo la vemos. Ese libro fue el primero que le regalé a Ana.
    Si algún día llega a mis manos el libro de doña Gloria te lo haré saber.

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  7. Me gustó mucho leerlo, es interesante y sólo quisiera saber más de esa historia :)

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